HISTORIA DEL MANIQUÍ
El maniquí nació como una herramienta de trabajo de sastres y artistas. Pero a lo largo de los más de quinientos años de su historia ha pasado por distintas etapas hasta convertirse, también, en un elemento de decoración más que se puede ver tanto en los escaparates de tiendas como en eventos.
ORÍGENES DEL MANIQUÍ
La historia del maniquí empieza a escribirse en el antiguo Egipto. Durante esa época, una persona con una complexión parecida a la que tenía el faraón pasaba largos periodos de tiempo posando hasta que se obtenía una prenda con las medidas adecuadas para que la pudiese llevar dicha autoridad.
Los primeros moldes -o piezas- que imitaban un cuerpo humano aparecieron en la Edad Media (período histórico entre los siglos V y XV) lo que da una idea de la antigüedad que tienen estas “esculturas”.
Durante ese periodo -en el siglo XIV concretamente- aparecen los muñecos de madera articulados y las muñecas de moda (precedente del maniquí actual) que a partir de ese momento se utilizarán como una forma de dar a conocer los vestidos más novedosos de la época entre las monarquías europeas.
Los maniquíes empezaron a utilizarse en las escuelas de moda fundadas en París como maniquíes de costura.
EVOLUCIÓN DE LOS MANIQUÍES DURANTE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
En el siglo XVIII, la Revolución Industrial supuso un enorme proceso de transformación tanto económica y social como tecnológica que originó la aparición de una nueva clase social con poder adquisitivo.
Este proceso provocó, asimismo, que los comerciantes empezaran a exponer sus productos en los escaparates de sus establecimientos. Lo que llevó a que el uso de los maniquíes también se incrementara notablemente: comenzaron a fabricarse en serie en todas las tallas y con estilos muy variados consiguiendo un precio cada vez más asequible.
A mediados del siglo XIX, la fabricación estaba lo suficientemente perfeccionada para crear bustos y maniquíes que reflejaban de una forma muy real la anatomía humana.
Bustos fabricados en mimbre
MATERIALES UTILIZADOS PARA LA FABRICACIÓN DE LOS MANIQUÍES
Las primeras maquetas de los maniquíes estaban hechas, normalmente, con varillas, alambre o cera y eran simplemente bustos.
Más adelante, empezaron a utilizarse otros materiales como la madera, el mimbre o el papel maché y a elaborarse la anatomía completa tanto de hombres como de mujeres. Fue a partir de 1960, cuando se incorporó en su fabricación la fibra de vidrio. En la actualidad, son muy comunes los maniquíes fabricados con poliuretano, polietileno o corcho.
ESTÉTICAS DEL MANIQUÍ
A principios del siglo XX, empezaron a coexistir dos estéticas contrapuestas en el diseño de los maniquíes que supusieron una revolución artística en el concepto que se tenía de ellos. Por un lado, los maniquíes con una estética realista reflejaban el canon de belleza y lujo típico de los años 20 e imitaban posturas humanas.
Surgieron también otras propuestas conceptuales que dieron lugar a esculturas de formas abstractas, sin rasgos, que hacían referencia al surrealismo de Dalí o al cubismo de Picasso.
Salvador Dalí y su maniquí en la Exposición Internacional del Surrealismo de 1938
VISUAL MERCHANDISING
También durante el siglo XX, el empresario norteamericano Gordon Selfridge empieza a dar a conocer el lenguaje del visual merchandising.
Este empresario introduce técnicas de iluminación por la noche en los escaparates de sus galerías Selfridges (Londres 1909) y crea escaparates temáticos que se van transformando de forma periódica en función de la época del año que sea.
Escaparate de los grandes almacenes Selfridges en 1920.
Ya en España, con la fundación de empresas especializadas en la producción y fabricación de maniquíes, comienza también la implantación de las técnicas del visual merchansdising en los comercios de todo el país.
En 1957, una empresa alicantina que fabricaba muñecas de papel maché empezó a vender muñecas de tamaño real como maniquíes. Así se origina la aparición de Sempere Mannequins, una compañía de referencia en el diseño y fabricación de maniquíes que junto a la empresa Maniquíes Fondevilla (ya desaparecida) suponen los inicios de la industria del maniquí en España.
Octavio Sempere presentando muñeca a tamaño real en los años 60.
